LA VANGUARDIA 22/06/2003
El avión que estrellaron contra la torre sur del Worl Trade Center presenta formas de origen desconocido
Los misteriosos reflejos del 11-S
Eduardo Martín de Pozuelo
Xavier Mas de Xaxàs
Barcelona
Foto: CARMEN TAYLOR / CNN
SIN EXPLICACIN. A décimas de segundo para que el Boeing se estrelle
contra la torre sur, las cámaras de televisión que siguen al aparato
registran en su panza una forma que se diría una protuberancia.
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Dos años y medio después
del 11-S, persisten muchas
dudas sobre las circunstancias
que rodearon los atentados
contra las Torres Gemelas.
Una de esas incógnitas
se refiere a la naturaleza de unas formas
omanchas que pueden observarse en el fuselaje
del avión que se estrelló contra la torre
sur del World Trade Center. “La Vanguardia”
preguntó por las manchas a Boeing, que
alegó no poder contestar por motivos de seguridad
nacional y se remitió a la comisión
independiente que desde el 31 de marzo indaga
lo sucedido..
En las imágenes congeladas de las distintas
filmaciones del tramo final del vuelo 175
de United Airlines se pueden apreciar tres
extrañas formas, que los técnicos aeronáuticos
consultados no aciertan a explicar. Se trata
de dos formaciones alargadas, situadas sobre
la parte inferior del fuselaje, hacia la
proa y hacia la popa del aparato. Hay una
tercera, aparentemente piramidal, ubicada
en la panza, casi en el centro del avión. El
departamento de aviación comercial de
Boeing, con sede en Seattle, examinó las fotografías
durante diez días y, tras anunciar
una explicación sobre el fenómeno, declinó
pronunciarse sobre lo que veía. Finalmente,
una portavoz manifestó que Boeing no podía
opinar “por razones de seguridad” y por
no haber participado oficialmente en la investigación
de los atentados.
Varios ingenieros aeronáuticos de centros
oficiales españoles no han encontrado una
explicación clara sobre los brillos o formas
que se observan en el avión secuestrado. En
cambio, un análisis digital de detección de
contornos de las fotos, efectuado en la Escola
Universitària Politècnica de Mataró, concluye
que los “objetos que se advierten no
pueden ser debidos a sombras provocadas
por el ángulo de incidencia del sol sobre el
avión porque siempre aparecen con la misma
forma y tamaño, aunque sí con distinta
luminosidad”. Para llegar a ese resultado,
las fotografías fueron sometidas a un procesado
digital de imagen “que diera respuesta
a los cambios de luminancia” que se aprecian
a simple vista y que, en principio, no
tienen sentido, dado que el fuselaje de los
aviones comerciales es cilíndrico y liso, según
se expone en el citado informe técnico.
Su autora, con una dilatada experiencia
profesional en procesado digital de imágenes,
redes neuronales artificiales y biometría,
señala en su informe que a cada una de
las fotos se le aplicó “el mismo tratamiento
utilizando tres algoritmos estándares del procesado
digital de imágenes”, cuyos datos técnicos
desarrolla profusamente en el dossier.
Tras aclarar que “las imágenes estudiadas
tienen distintos ángulos de observación”, establece
que “los objetos detectados presentan
a su alrededor distinta luminancia por
tener relieve” y añade que “esta es la única
explicación posible”, para matizar finalmente
que “los objetos detectados se distinguen
perfectamente del tren de aterrizaje”.
La reconstrucción de los hechos que precedieron
al terrorífico atentado contra la segunda
torre, indican que los preparativos
del vuelo de United AirlinesUA-175 que cubre
la ruta entre Boston y Los ngeles fueron
rutinarios en la mañana del 11 de septiembre
del 2001. El avión, un B-767-222,
matrícula N612UA, abandonó la terminal
de United en el aeropuerto Logan International
a las 7.58 horas y a las 8.15 ya estaba en
el aire. A bordo iban 56 pasajeros, incluidos
cinco terroristas de Al Qaeda, armados con
cortaplumas. El capitán era Victor Saracini,
de 50 años, ex piloto de la Navy.
El aparato siguió la ruta habitual hasta las
8.47, cuando, a la altura del puente George
Washington, que une la parte norte de Manhattan
con Nueva Jersey por encima del río
Hudson, efectuó un brusco viraje a la izquierda.
Los secuestradores, después de degollar
a varias azafatas, se habían hecho con
la cabina de mando. Durante doce minutos,
el Boeing estuvo sobrevolando la orilla oriental
del Hudson hasta que realizó otro giro
muy cerrado hacia la izquierda. Delante tenía
la torre sur del World Trade Center, contra
la que impactó a las 9.03 horas.
En ese momento, las cámaras de televisión
retransmitían en directo un incendio en
la torre norte, provocado por el impacto de
un B-767 de American Airlines que se había
producido a las 8.48 horas. Millones de espectadores
pudieron ver en directo cómo el
UA-115 entraba en la torre sur, entre los pisos
78 y 84, y provocaba una explosión mucho
más potente que la causada minutos antes
por el avión de American Airlines.
La investigación oficial de la Administración
Federal de Aviación determinó que el
Boeing chocó contra el edificio a 937 kilómetros
por hora. Por su parte, un estudio del
InstitutoTecnológico de Massachusetts estableció
una velocidad de 859 kilómetros por
hora en el momento del impacto.
Ninguna de las dos investigaciones mencionó
que hubiera alguna forma extraña adosada
al avión. Sus conclusiones forman parte
del medio millón de documentos que sirven
de partida a los diez miembros de la comisión
nacional que están revisando las causas
de los atentados.
La comisión empezó sus trabajos en el edificio
de aduanas del puerto de Nueva York.
Su objetivo es proseguir con la investigación
que inició el comité de inteligencia conjunta
Senado-Cámara de Representantes. Antes
de traspasar las competencias a la comisión
nacional, el comité identificó varios fallos
humanos y de organización que dificultaron
la labor de los servicios de inteligencia para
prevenir los atentados. Entonces, la Casa
Blanca intentó que el ex secretario de Estado,
Henry Kissinger, presidiera la comisión.
Al no conseguirlo cortó la financiación y a la
comisión todavía no han llegado los once millones
de dólares que ha presupuestado para
su trabajo. La comisión, que cuenta con el
apoyo de los partidos demócrata y republicano,
deberá presentar sus conclusiones al
Congreso en mayo del 2004. Las familias de
las 2.798 personas que murieron el 11-S,
1.095 de las cuales estaban en la torre sur del
World Trade Center de Nueva York, esperarán
hasta entonces respuestas concretas sobre
la ejecución del mayor ataque que ha sufrido
Estados Unidos.
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