LA VANGUARDIA DOMINGO, 27 DE JULIO DE 2003 POR EL DEFENSOR DEL LECTOR: JOSEP M. CASASÙS
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![]() Foto: CARMEN TAYLOR / CNN Una de las imágenes objeto de atención |
El pasado 13 de julio los periodistas
Eduardo Martín de Pozuelo y
Xavier Mas deXaxàs publicaron
en la página 6 de La Vanguardia, un segundo informe sobre
los misteriosos reflejos o formas
de origen desconocido observados en fotogramas
y fotografías del avión estrellado el
11-S contra la torre sur del World Trade
Center, en la ciudad de Nueva York.
TLa primera información sobre este asunto
elaborada por los citados periodistas apareció
en la página 4 de
La Vanguardia el domingo
22 de junio del 2003. Diversos lectores
mostraron interés por el tratamiento periodístico
del enigma planteado. Extracto la
carta de uno de ellos, José Luis Ruiz. Dice:
“Me cuesta imaginarme cómo es posible
que el avión de la foto tenga ‘objetos’ adosados
al fuselaje que reflejan el sol. ¿Se supone
que debemos entender que los secuestradores
salieron del avión en pleno vuelo y ‘colocaron
objetos’? ¿O se supone que despegó de
Logan con dichos objetos adosados?”.
Y añade el lector: “Supongo que en el aeropuerto
de alguna república bananera será
fácil, sobornando a una docena de personas,
hacer despegar un avión de pasajeros con
‘bultos’ en el fuselaje, pero en Logan, por
muy inseguro que sea el aeropuerto, me da
la sensación de que con una docena de sobornos
no sería suficiente. ¿Qué debemos pensar?
¿Debo imaginar que los firmantes del
artículo no se han hecho las mismas preguntas
que yo me hago? ¿O debo suponer que
no se atreven a plasmar sus propias opiniones
por lo que ellas conllevan?”.
Es lógico que los lectores pidan un mayor
compromiso de los periodistas en la interpretación
de los datos, pero el deber profesional
impide convertir en información las
opiniones personales, sobre todo cuando
son sobre hipótesis generadas por un misterio.
Así lo justifica el periodista Eduardo
Martín de Pozuelo: “Hemos tratado de informar
lo más fríamente posible, ofreciendo
al lector todos los datos disponibles sobre el
asunto para que él mismo sacara sus propias
conclusiones. Voluntaria y expresamente,
hemos evitado que nuestra opinión formase
parte de la información, ya que Xavier Mas
de Xaxàs y yo creemos que opinión e información
no pueden ni deben mezclarse”.
Amplían así este principio: “Obviamente
Xavier y yo tenemos nuestras hipótesis formadas
sobre el asunto y, naturalmente, nos
hemos hecho el mismo tipo de preguntas
que el lector se formula y que son, precisamente,
las que hemos trasladado a las fuentes
que mencionamos en la información. Pero
el lector estará de acuerdo con nosotros
en que todos esos interrogantes que se plantea
se desprenden de un enigma central:
¿qué es lo que se ve sobre el fuselaje del vuelo
175? Que no duden los lectores que seguimos
investigando sobre el asunto, que les
mantendremos informados de cualquier novedad
contrastada que se produzca al respecto
y que no incluiremos nuestras opiniones
en un texto informativo”. Correcto.
INFORMACIN Y OPININ deben presentarse
estrictamente diferenciadas. Este principio
radical es uno de los pilares de la doctrina
periodística anglosajona. Pero la preceptiva
redaccional del periodismo de influencia
francesa incluye también el género interpretativo,
aquel que combina hechos y datos
con evaluaciones, explicaciones e impresiones
del autor del trabajo. Es el género a
cuyo estilo se acogen las crónicas, los reportajes
y los análisis periodísticos. En la prensa
europea es un género muy arraigado.
Y arriesgado. Sobre los riesgos de que los
informadores se excedan en la interpretación
de datos y entren en el terreno de la opinión
han llegado cartas con quejas de dos
lectores. La de Christian Comes sobre la pieza
titulada “Cascos irrita” (3 de julio, en Vivir).
Y la de Albert Esplugas Boter que reza
así: “En una noticia publicada en La Vanguardia
(24 de junio) se menciona que los
jóvenes soldados norteamericanos desplegados
en Iraq están ‘fatigados y deprimidos
por estar lejos de los suyos’ y ‘afirman que
no son una fuerza de mantenimiento de la
paz y quieren regresar a casa’. Este alarmante
dato no proviene de ningún tipo de encuesta,
vastos indicios de malestar, comunicado
oficial..., sino de unos lacónicos e informales
comentarios de un oficial y tres soldados
estadounidenses. No se trata precisamente
de una muestra muy representativa.
La Vanguardia ha hecho una extrapolación
gratuita sobre una cuestión de notable
gravedad. Irresponsabilidades periodísticas
como ésta generan desinformación”.
Constaté que el texto objetado es de la
agencia oficial francesa Afp. Es una de las
grandes agencias informativas mundiales.
Opera con la denominación de France Press
(Afp) desde 1944, aunque tiene su origen en
la agencia Havas, la más antigua del continente
europeo, fundada en París en 1835.
El citado texto incluye declaraciones de
unos soldados que son identificados, pero es
abusivo que se generalice, aunque sea una
agencia solvente. El redactor de la agencia
debía haber escrito “unos” en lugar de “los”
soldados norteamericanos. Era lo correcto.