METEOROLOGÍA

Las mismas riadas causan más estragos

Los meteorólogos dicen que los ingenieros no calculan bien los riesgos de avenidas al diseñar sus obras

LA VANGUARDIA - 02.24 horas - 18/10/2002

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS. El riesgo de riadas no es tenido en cuenta ni en la ley ni en la planificación  

. Una crecida como la de 1617 anegaría el delta LA VANGUARDIA - 02.24 horas - 18/10/2002

ANTONIO CERRILLO

Barcelona

El número de grandes riadas en Cataluña y en el Mediterráneo no aumenta, aunque las crecidas de los ríos y torrentes sí causan ahora más estragos que nunca. La causa es una mayor ocupación de territorio. Ésta es la opinión más generalizada de los expertos que participan en Barcelona en un congreso internacional sobre crecidas históricas de los ríos, organizado por el Conse-jo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y destinado a conocer mejor el riesgo de las inundaciones.

Los expertos concluyen que "no parece existir una clara tendencia hacia un aumento de las inundaciones extraordinarias o catastróficas", según explica Carmen Llasat, profesora de Astronomía y Meteorología de la Universitat de Barcelona. Su afirmación se basa en el análisis de las informaciones históricas disponibles de los últimos 700 años, correspondientes especialmente al Ter, el Llobregat y el Segre, y una serie más corta del Maresme. Por el contrario, sí es perceptible "un aumento de las inundaciones extraordinarias en algunas cuencas pequeñas, como las del Maresme", agrega Carmen Llasat.

En cambio, ahora el impacto económico de las riadas es mucho más alto, debido sobre todo a la fuerte ocupación del territorio con usos residenciales, infraestructuras, obras hidráulicas y demás. "Los sucesos de la semana pasada de Castelldefels serían unas inundaciones extraordinarias, pero los daños que se han registrado son superiores a los de las avenidas extraordinarias que se daban en la parte baja del Llobregat y que normalmente se limitaban a la destrucción de cosechas", agrega Carmen Llasat.

Los expertos estudian nuevos métodos para calcular mejor el riesgo de avenidas y cuestionan la fiabilidad de los cálculos utilizados por los ingenieros para calibrar el periodo de retorno de una avenida (de 100 o 500 años), basados en datos de series de diez años continuados de medidas (de las estaciones de registro) a las que se hace una extrapolación estadística.

"Se planifican las obras sin tener datos de las crecidas históricas y se deberían usar otros métodos para conocer las inundaciones del pasado", explica Gerardo Benito, científico del Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC. Los métodos alternativos propuestos por estos expertos estudian las sucesivas capas de sedimentos que se van depositando en las márgenes de los ríos -que van dado cuenta de las crecidas-. Así, se recogen pequeños restos de carbón vegetal (de incendios), de semillas o de frutos secos, y éstos son datados con el sistema del carbono 14 para situar su origen. Finalmente, se aplica una modelo hidráulico que permite calcular el caudal de la inundación.

"En cualquier momento se puede registrar una inundación más importante que las conocidas en el siglo XX", aseguró Llasat a Efe, antes de reclamar que se frene el crecimiento urbanístico y de infraestructuras junto a los cauces de los ríos. "Los riesgos de inundaciones no son tenidos en cuenta en la planificación, ni aparecen suficientemente recogidos en la legislación", añade Gerardo Benito. La prevención queda a veces a expensas del interés de los ayuntamientos a la hora de incorporar el riesgo de crecidas en su planificación urbana. Benito agrega que en España "hay una violación continua de las zonas inundables de los ríos" y que la delimitación de las zonas inundables se hace a una escala muy genérica.

Mientras tanto, en Cataluña, el Govern elabora el mapa de las zonas inundables, tras el duro informe del Síndic del Greuges de hace dos años (véase "La Vanguardia" del 11 de octubre). Sin embargo, falta concluir el proceso en la vertiente del Ebro, lo que impide que el Pla Especial per a Inundacions de Catalunya -encargado de organizar las emergencias- haya sido homologado por la Comisión Nacional de Protección Civil. Aún así, este plan se activa en la práctica cuando hay riesgo de inundaciones.