Apreciado Sr. Puig,

Cara al abandono de la ciudadanía del Baix Llobregat por las administraciones "competentes" después de las inundaciones de septiembre y, otra vez más, en octubre, nos vemos obligados a manifestarnos delante de las puertas de la Generalitat.

En el debate parlamentario del 6 de noviembre se le echó toda la culpa al pueblo de Castelldefels, por no haber construido los pluviales DESPUES de la obra de la autopista C-32. ¿Como titular de Política Territorial y Obres Públiques, no le parece que los desagües de las rieras se deberían haber construido ANTES  que la autopista? ¿No le parece que la construcción de dichos desagües deberían correr a cargo de la constructora que ha bloqueado las rieras?

Se pueden decir muchas cosas del consistorio de Castelldefels y, en su tiempo, Amics de Ca n'Aymerich ya ha expresado muchas criticas, pero el problema va mucho más allá que un humilde Ayuntamiento, el problema reside en la falta de visión y falta de proyectos coherentes y sostenibles de país del mismísimo departamento  de Política Territorial y Obres Públiques. El deslizamiento del Abocador de Garraf, la inundación del Centro de Atención Pública en Gavà, el defectuoso recubrimiento de la riera de Sant Llorenç, la inundación de la torre de control en el aeropuerto, la pérdida de todas las pertenencias de los residentes de la urbanización de Los Angeles en Castelldefels debido a un dique impermeable en pleno lecho de la riera de Ca n'Aymerich, son síntomas de una falta de visión global, síntomas de una pobre planificación territorial y de falta de seny.

Vista la mala previsión de las administraciones hemos venido a las puertas de la Generalitat para exigir la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones territoriales, comarcales y municipales. Quizás le sorprenda, pero la participación ciudadana ya existe: cada vez que la ciudadanía presenta alegaciones contra proyectos ilógicos, cada vez que vecinos y vecinas finanzan estudios medio ambientales para preservar zonas verdes, terrenos reservados para equipamientos municipales y nuestro paisaje catalán. Pero demasiadas veces vemos las alegaciones desestimadas sin contestación a los vecinos descontentos, demasiadas veces vemos estudios medio ambientales ridiculizados después de los esfuerzos monumentales de la vecindad.

Nos estamos volviendo cínicos, Sr. Puig. Comenzamos a tener la impresión que la ciudadanía se ha vuelto un negocio para las constructoras y concesionarias de infraestructuras. Perdemos nuestros terrenos comunales y ancestrales, y cuando llega un desastre nadie es competente. ¡Claro que nos volvemos cínicos! Nos roban el patrimonio y nos colocan en urbanizaciones de densidades asiáticas. No tenemos servicios, no tenemos transporte público y, encima, nos meten una autopista que nos ahoga.

"Uy", nos dicen, "no sabes lo complicado que es la planificación territorial". ¿De veras lo cree Sr. Puig? 90 años atrás, se plantaron pinedas por el litoral para proteger los campos de las inundaciones - la gente tenían las ideas claras en esos días -, hoy arrancamos las pinedas para construir la tercera pista. 80 años atrás, cuando se urbanizó Horta y la zona del Paseo Maragall en Barcelona, primero se puso el tranvía. ¿Puede ser tan complicado? Hoy en día se gastan miles de millones para un proyecto "prestigioso" que te permita ir en el AVE de Sans al aeropuerto a 350 kph, "Eso no lo tienen en Madrid", mientras los trenes de cercanías están llenos a reventar.

Lo siento, esto es falta de política territorial, esto es falta de visión.

Si ustedes no tienen las ideas claras, nosotros sí. Conocemos nuestra historia. Sabemos que se plantaron las pinedas para proteger los campos. Sabemos que se estableció un tranvía en los años veinte para crear urbanizaciones sostenibles. Sabemos que Catalunya ha criado genios como Cerdá con sus amplias avenidas - no como las urbanizaciones densificadas de hoy en día, donde no entra un rayo de sol. Sabemos que Catalunya ha dado un genio como Antoni Gaudí. Le sugiero que la próxima vez que haya un simposio sobre urbanismo y política territorial en Berlín o Johanesburgo, se ahorre el dinero del contribuyente y se pase una tarde con su familia en la Colonia Güell, todos saldremos beneficiados.

El pueblo catalán esta perdiendo su paisaje, sus terrenos públicos. Esta mentalidad desarrollista que no podemos dejar de lado pone nuestro sustento, nuestras pertenencias, nuestros hogares y, algún día nuestras vidas en peligro. Ha llegado el momento de actuar, ha llegado el momento de exigir que el pueblo participe en la toma de decisiones en la política territorial, comarcal y municipal para el bien de todos y todas, y no sólo para el beneficio del sector inmobiliario.

Atentamente

Luis Jorba
Amics de Ca n'Aymerich